21 de noviembre de 2008

Comestible


Dientes. Mandíbulas que se mueven al compás con un único objetivo: comer aquéllo por lo que han venido, aquéllo por lo que han estado esperando toda la semana, puede que incluso todo el mes. En ese batir de dientes, pequeños restos del manjar se van alojando entre sus colmillos y entre algunas de sus muelas. La carne golpea a uno y otro lado de la cavidad oral hasta ser atrapada por esas pequeñas y desgarradoras piezas dentales. Una tímida baba asoma por algunas de las comisuras de sus labios, mezcla de saliva y jugo que se desprende del rico manjar. Algunas recogen ese líquido sobrante y vuelven a introducirlo utilizando sus dedos como vehículo para ello. Otras ríen mostrando entre sus dientes la gula de sus prisas, sus ansias por degustar, por saborear. Algunas, sin que éste sea su propósito, envían entre sus palabras algún que otro trozo del que en esos momentos es su objeto de placer.

Acero. Afiladas cuchillas que giran, pican, cortan, machacan, arañan. Su ruido es amortiguado por las voces y susurros femeninos que esperan el segundo plato, y ya puestas, el postre. Una campana anuncia que el siguiente plato está preparado, listo para ser deglutido. Comienza de nuevo la orgiástica ceremonia para hacerse con un trozo. En realidad, ninguna de ellas consiente en mover un músculo mientras vuelven a pasar la bandeja que porta la comida. Tampoco se atreven a hacer acopio de un trozo que no les corresponda. Unas a otras se miran, deseando aquello que roza los labios de la otra, mientras que con una sonrisa preguntan: está rico, ¿verdad? Y aquélla otra responde que sí, pero añade que a ella, en su casa, le sale mejor porque hace tiempo que posee la ansiada máquina.

Aplausos. Un kilogramo de mandarinas congeladas en el vaso. El zumo de un limón y cinco segundos a velocidad 4, cerrar tapa. El resultado: sorbete de mandarina. Todas cogen el pequeño vaso de plástico y sorben la crema naranja que en él habita. Algunos vasos suenan vacíos como cuando tratas de absorber a través de tu pajita el hielo de un limón granizado de ese último verano. La clase de cocina ha terminado. Casi ninguna comprará la máquina pero han pasado la tarde fuera de casa, han merendado. Objetivo cumplido.

Exprés. Así se llama y así se escribe en youtube, el aterrador pero humano corto de Daniel Sánchez Arévalo donde la caprichosa máquina de este relato es también protagonista. ¿Qué os voy a decir? Estuve en esa clase de cocina, degusté la carne, degusté el pescado, sorbí a través de la pajita, me relamí, y al final, compré la máquina. Quizás una decisión extraña, pero así soy yo. No tengo piso, no tengo dinero en el banco, no visto de príncipe azul, pero tengo mi Thermomix, la adoro y eso me hace más comestible.

13 de noviembre de 2008

Pelotas


Muy recientemente, Pelotas había cumplido los 10 años de edad. A pesar de su juventud era un niño bastante avanzado para su edad. Pelotas ya tenía novia: Amapola. Además, Pelotas estaba entre los primeros de su clase. Sus notas siempre eran de 9,25. En matemáticas: 9,25. En Conocimiento del Medio: 9,25. En Educación Física: 9,25. Inglés: 9,25. Podría decirse que era, además, un chico bastante popular y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Sin embargo, Amapola (aunque también su familia) era su prioridad. La quería tanto, tanto, tanto, que nunca tuvo vergüenza de expresar sus sentimientos y mostrar su afecto delante de todos los compañeros de clase. Aunque no siempre fue así.

Por supuesto, Pelotas no era su verdadero nombre, y muy pocos sabían que sus padres habían querido que se llamara Jacobo, como su abuelo. Tampoco muchos sabían por qué ahora todo el mundo le llamaba Pelotas, hasta el punto que tan sólo él, Amapola, sus padres, su abuelo y su abuela sabían que su nombre real era Jacobo. Incluso sus profesores le llamaban Pelotas.

- ¿Por qué le llaman Pelotas?-decía una niña a otra.
- No lo sé-contestaba la niña a la que le habían preguntado- A mí me llaman Olivas, pero es por mi apellido. Quizás se apellida Pelotas.
- No, no se apellida Pelotas. Yo creo que le llaman así porque juega muy bien al fútbol-contestaba otra niña.
- No-decía un niño- Le llaman Pelotas porque en su casa tiene toda una habitación llena de pelotas. Creo que las colecciona.

Todas las niñas y niños del colegio elaboraban extrañas teorías acerca del peculiar nombre. Pero nadie se atrevía a preguntárselo por la admiración que sentían. Querían a Pelotas como si fuera un hermano, y su admiración llegaba al punto de que más que un hermano, era un hermano mayor. También había otros y otras a los que no les hubiese importado ocupar el lugar de Amapola, pero todos y todas sabían que, aunque Pelotas era el chico más abierto de todo el colegio, sólo tenía ojos para su Amapola.
Un buen día, un niño que había llegado nuevo al colegio y que tan sólo tenía 3 años de edad, se acercó decidido hasta Pelotas y le preguntó: - Oye Pelotas, ¿por qué te llamas Pelotas?. Y Pelotas, con su perfecta sonrisa, con su perfecta dicción y su perfecto conocimiento de la lengua (había sacado un 9,25) le desveló el secreto de su nombre.
Lo que le dijo fue lo siguiente: Mi nombre real es Jacobo y no he sido siempre como ahora me ves. Antes no sacaba nada más que un 5 en todos los exámenes. El fútbol no se me daba muy bien y no tenía tantos amigos como ahora tengo. De hecho, los chicos y las chicas cuando me veían me decían: “Jacobo chúpate el codo”. Y algunos me hacían cosa peores que es mejor que no sepas. Lo único que me motivaba para venir al colegio era ver a Amapola, pero nunca antes la había saludado y jamás me creí capaz de tener a mí lado alguien como ella. Un día, mi abuelo Jacobo (aquél por el que me pusieron mi nombre) me vio tan apagado que me preguntó qué me ocurría. Cuando estás mal es mejor compartirlo con alguien, porque eso ayuda, así que le conté todo. Y mi abuelo me dijo: Jacobo, ¡échale pelotas! Un día llegue al colegio, le dije a todos que no me importaba como me llamasen, comencé a esforzarme en todas y cada una de las asignaturas, comencé a participar y disfrutar de los deportes, y lo más importante: le eché pelotas y le dije a Amapola todo lo que sentía. Todo el mundo quedó impresionado, comencé a sacar 9,25 en todas las asignaturas, con entrenamiento me convertí en un gran jugador, y conseguí un beso de Amapola, mi chica. Desde entonces, todos me llaman Pelotas.

Y tú, ¿vas a echarle pelotas o vas a perder tu oportunidad?

6 de noviembre de 2008

Sex&TheVillage: 1x02 Nunca hay suficiente


Fue una noche larga la del viernes de Halloween. Los cuerpos felinos de nuestras chicas se transformaron en brujas, vampiresas y muertos vivientes de lo más sexy. Pero, ¿qué sería de un larga noche de fiesta si después no fuera relatada? [C], [M], [V], [B] y [Y] vuelven de nuevo para contarnos lo múltiples misterios vividos durante la noche y para ponernos los dientes largos a todas y todos. ¿A quién le amarga un dulce? A mí no desde luego, y a vosotros creo que tampoco. I know you love them.


Día 1/11/2008. 10:00 AM

Haciendo uso del ambiente más neoyorquino de nuestra village, nuestras chicas se encuentran en uno de los locales de moda. Cierto que lleva siendo un local de moda durante cinco años, pero aquí las cosas no son tan pasajeras como en la gran ciudad. Rodeada de las luces de color naranja y blanco del bar, encontramos a [C] tecleando nerviosamente su móvil mientras se muerde una uña teñida del rojo pasión de la noche anterior. Aleja su mirada de la pantalla del móvil y ve como [B] empuja la puerta de cristal y se dirige hacia ella.

- ¿Qué era eso tan urgente?-dice [B]
- Ha desaparecido-dice [C].
- ¿Quién?-pregunta como asustada [B]
- Querría decirte que Angustias [la muñeca de M] pero ha sido [V]. ¿Recuerdas cuándo la viste tú por última vez?.
- Creo que estábamos en el PE-O-PLE. La vi irse detrás de aquel tío que había conocido-comenta [B]
- No, pero luego regreso. Resulta que ya lo conocía, lo de verlos ir juntos hacia el baño tuvo que ser una casualidad-añade [C]. Según me contó el chico es gay y, claro, nada de nada. Mira que está bueno. En fin que me voy del tema. Ella seguía con nosotros cuando llegamos al VA-Y-VEN. Allí se encontró con un tío que no hacía otra cosa que agarrarla y de paso arrimarle la…bueno, ya sabes. El problema es que se me pegó un tío muy pesado que quería mi “tridente” y le perdí la pista. Luego me llamó mi [E] y…bueno, pues hasta esta mañana que recibí una llamada de [Y]. Me decía que había tenido un sueño en el que algo malo le pasaba a [V]. He dejado a mi gata con [E] y he ido corriendo a casa de [V], pensando que me la encontraría con alguien, pero allí no contesta nadie, y su teléfono no tiene línea. .
- No sé, es raro. Seguro que se iría con alguno. ¿Has llamado a [R] por si sabe algo?-pregunta [B]
- No, no he querido llamarlo por no preocuparle. Además iba para pueblo. Me dijo que iba a limpiar las lápidas del cementerio como Penélope Cruz en “Volver”. Este muchacho tiene unas cosas-explica [C]
- ¿Has llamado a [M]?
- Sí, me ha mandado un mensaje y dice que viene, que le ha pasado no sé que cosa con el dvd y una película porno. Vaya panda que nos hemos juntado. No os puedo dejar solas, me voy un rato a bailar salsa a lo Gloria Estefan y mira todo lo que pasa.

Cuando [C] comienza a cantar “oye mi cuerpo pide salsa, y con este ritmo, yo quiero bailar, oe, oe….” [M] entra por la puerta. Va desmaquillada, pero todavía lleva puesto el traje de la nochevieja pasada, el mismo que utilizó para disfrazarse y que tanto impacto provocó entre los ciudadanos. En sus manos lleva un aparato de dvd y a su muñeca Angustias.



- Buenos días chicas, lo que no me pase a mí. Me siento como la tía esta de la cosa más dulce que lleva un vestido con una corrida a la lavandería y los chinos de la lavandería empiezan a lamer la mancha para saber qué es y así limpiarla.

[C] y [B] la miran con cara extraña.

- No habéis visto la peli, ¿verdad?…bueno, pues da igual, pero me siento así-comenta [M]. Resulta que ayer, cuando llegue a casa me apetecía hacer lo de Bebe en el sofá.

[C] y [B] dicen al unísono: ¿lo de Bebe?


- Sí, aquello de “perdida en el sillón de mi cuarto pienso en ti, con mis manos una y otra vez dulce barbaridad, el no controlar la forma de parar …ay, lo siento, esto de tener que explicarme sin utilizar un vocabulario normal por no ofender a la audiencia me da mucho por culo-dice [M]. Bueno, pues que puse una película porno y resulta que se atascó. Como tenía que devolverla al videoclub, no he tenido otro remedio que llevar el aparato a arreglar y que me la sacarán. Y claro, ya me diréis la cara que ha puesto el tío cuando ha visto la carátula con el título: Culos en poma para buena tromp…
- No sigas por ahí [M]. Que siempre estás igual-interrumpe una voz metalizada.

[C] y [B] gritan. Ninguna de ellas ha abierto la boca. La última frase ha sido pronunciada por Angustias, la muñeca de [M], que parece haber hablado.

- No os asustéis, soy [Y]. Como no he podido reunirme con vosotras, le he pedido a [M] que meta su móvil en Angustias para así poder estar de alguna manera. Ya sabéis chicas, que sigo de luna de miel pero aquí me tenéis, con vosotras y cerca de mi chico también.
- Dios mío, se nos está yendo la pinza-dice [C].
- Bueno, entonces que ha pasado-dice [M].
- No localizamos a [V]-explica [B].
- Veis, algo malo le ha pasado-comenta [Y] a través de la muñeca.
- Anda [Y] no seas tremendista. [M], ¿cuándo la viste por última vez?-pregunta [C]
- A ver si recuerdo-[M] se concentra pensando en la noche anterior- creo que ya estábamos en el B-U-S. Al parecer había vuelto a tener una pequeña bronca con [ELLA] y fue a beberse unos tequilas.
- Pero bueno, estaba [ELLA] por allí-interrumpe [Y].
- Sí, menuda lagarta, ya te contaremos, ha vuelto a hacer de las suyas. Creo que ya lo ha hecho con todas nosotros la muy zorra-explica [M].
- Bueno, lo de [ELLA] es para comentar más despacio. Creo que en el futuro habrá que prepararle alguna, pero ahora vamos a centrarnos. ¿Qué más recuerdas?-pregunta [C] a [M].
- Después de los lingotazos de tequila….ay dios!! Ahora lo recuerdo, la cogió por detrás el [POLI] y creo que se marcharon juntos, pero resulta que yo estaba hablando con [ÉL] y no presté mucha atención.
- Madre mía, que ese tío tiene una cara muy rara y la mirada sucia. Que ya le había dicho yo que con ese no. Esta chica no pierde oportunidad que se le presenta, para ella nunca hay suficiente-comenta [C].
- Y encima de la policía-interrumpe [B]. Habrá que preguntarle, ¿no?
- Si es el tío que me estoy imaginando, a mí me da un poco de miedo-dice [Y].
- ¡Chicas!. Todas a comisaría. Muñeca incluida-les dice [M]

3 de noviembre de 2008

Un mes, un libro


Y para este mes otoñal que mejor que una novela gráfica que nos acompañe en los momentos de frío, lluvia o ventisca. Concretamente, esta novela llegó a mis manos a través de un regalo de Petra que las caza al vuelo y se presentó en mi casa con ella después de haber oido que tenía muchas ganas de leerla.
Fun Home es una novela gráfica y autobiográfica de la autora norteamericana Alison Bechdel, basada en sus propios diarios, recientemente publicada en España por Reservoir Books (Mondadori), y que ya tiene en su haber varias menciones internacionales. Si os gustó "A dos metros bajo tierra" la novela parte de una premisa parecida para relatar la relación entre un padre muy especial y una hija también muy especial. Resulta complicado realizar un buen resumen de la misma, así que no digo más. Aquellos que estáis cercanos a mí (sobre todo espacialmente) sabéis que si queréis leerla no tenéis más que pedirmela. El palomar la tiene alojada entre sus estanterías.

Promo: Sex&TheVillage 1x02

They are coming again…

Avaladas por una audiencia de 9 comentarios en lo que fue la segunda parte del capítulo piloto
[C], [M], [Y], [V] y [B]….están de vuelta.








Los espíritus fueron convocados.
La noche de Halloween las transformó.
Una cena se celebró.
[Y] habló a través de la muñeca de [M].
[ELLA] apareció por primera vez.
Una de nuestras chicas desapareció.
Pero como siempre…hubo mucho, pero mucho sexo.

No te pierdas, el próximo jueves el segundo capítulo de Sex&TheVillage.

1x02. Nunca hay suficiente