
Inside
El corazón humano bombea cerca de 10.000 litros de sangre al día. La fuerza de su presión es tal que podría lanzar un objeto a diez metros de distancia. El corazón sigue siendo el símbolo de nuestras emociones, aún cuando se sabe que residen en el sistema límbico. Decimos que alguien tiene un gran corazón para referirnos a su bondad. ¿Y la maldad? ¿Es el corazón una de sus posibles representaciones? ¿Puede desarrollarla una persona de buen corazón?
Outside
¡Oh, no! Otra vez esa maldita luz. ¿Qué he hecho esta vez? Conozco sus caras, conozco la habitación, pero una vez más soy incapaz de recordar los hechos.
- ¿Qué mierda pasa contigo?- dice uno de los policías. Esta vez no te escapas. Ni falsos recuerdos, ni lapsus de memoria, ni los putos viajes en el tiempo, ni la madre que te parió te librarán esta vez. Estás lleno de sangre y tus huellas están por todos partes. Ésta es nuestra oportunidad y nos vamos a perderla ¿Qué me dices ahora?
- Puedes darme una aspirina- le digo con sorna.
- Maldito cabrón.
El poli trata de darme una hostia. Su compañero le detiene y comienza el juego del poli bueno y el poli malo.
- Sólo te preguntaré una cosa-dice el bueno con cara de bobalicón. ¿Por qué a ella también?
- No sé de que coño me hablas.
Inside
La ira se refiere al estado emocional subjetivo que varía en intensidad desde la irritación hasta la furia o cólera intensa como consecuencia de la frustración y las amenazas percibidas. La ira puede dirigir al individuo hacia la acción de un modo constructivo a través de la aserción o reivindicación, o un modo destructivo como la agresión. No necesariamente la vivencia de la ira supone que la agresión vaya a producirse pero, ¿hasta cuándo puede contenerse la ira?
Outside
Hacía tiempo que lo sentía. Oculta en su interior se hallaba escondida una bomba de relojería de proporciones devastadoras. Aquel día se había despertado. La masa oscura situada junto a su corazón había comenzado a latir intensamente iniciando la cuenta atrás. Cogió el arma, la guardó en su cazadora y se dirigió al trabajo como cualquier otro día. Sonrío a los conserjes y les deseo buenos días, esperando como siempre el silencio de éstos. Atravesó el vestíbulo y se detuvo al pie de la escalera para saludar a Lourdes (la chica que limpia el edificio). Le habían dejado churros para desayunar en su mesa. Dio las gracias educadamente, sabiendo que no se los comería. Siguió caminando hasta encontrarse delante del largo pasillo. No había nadie más, excepto ellos dos. Uno a uno tiró los cuadros colgados de la pared. El ruido les hizo salir. El primer disparo fue para él, el impacto se produjo en el pecho, cerca del corazón. Fue fulminante. Ella trató de escapar por la salida de emergencia sin recordar que la puerta sólo se habría en caso de incendio. El disparo le atravesó la espalda y el pecho. Fueron necesarios dos impactos para apagar el acelerado bombeo de su corazón. La sangre expulsada a través de los disparos salpicó sus manos, el arma y también su cara. Después de ello se dirigió hacia su lugar de trabajo, aunque antes de llegar cayó fulminado en el suelo.
- ¿Recuerdas algo de todo esto?-dijo el poli malo.
- No, pero lo tenéis grabado, así que supongo que fui yo -le respondí.
- Pues sí, no hay duda.
- Supongo que tenía que hacerlo.
- Ah, ¿sí?
- Claro que sí y tú en mi lugar también lo habrías hecho.
- Eso quiere decir que lo recuerdas.
- No. El dolor, ya sabes.
- ¿Sabes lo que creo? Creo que eres un puto psicópata, un serial killer de esos. ¿Y las otras?
- Supongo que habría que darles una lección, todas ellas consintieron.
Inside
La masa oscura dejó de latir. La ira remitió. El corazón siguió bombeando la sangre con normalidad. El deseo de agredir, la violencia, remitió. A veces es necesario matar fantasmas para liberar la ira.