26 de mayo de 2009

I'm being fierced, Beyonce


Querido diario

Hace ya una semana de mi fantástico y divertido viaje a Madrid para asistir al concierto de Beyonce. Se trataba de un viaje secreto ya que ni los padres de la Esther ni la Jenny podían enterarse. Los mío tampoco, pero supongo que el hecho de que las tres llegáramos al instituto vestidas con una camiseta de nuestra diva, una minifalda y los taconazos que normalmente utilizamos para el botellón, no contribuyó a guardar el secreto. Y ahora, aquí me tienes, castigada sin poder llevar tacones durante un mes. Echo de menos a esos padres que te castigan sin salir. ¿Cómo voy a pasarme ahora por plaza España sin mis taconazos? Seré fuerte.
En cuanto al concierto, decirte que fue espectacular. Nunca había visto a tanta gente junta, pues los conciertos en Cuenca siempre son mucho más reducidos. Nada que ver con el que Marta Sánchez nos deleitó hace unos años, a pesar de que la chica es toda una profesional. Beyonce derrochó sensualidad, sexualidad y buen gusto. Sus letras parecen escritas pensando en mí. Desde su If I were a boy (que me recuerda lo mío con el Hugo) a su Halo, con el que acabó el concierto y las tres lloramos desconsoladas pensando en el Rafa. Y eso que el Rafa se portó como un auténtico capullo liándose con las tres y luego dejándonos por la Julia. Pero es que Rafa es especial y tiene un halo muy, muy grande.
El vestuario fue de lo mejor y las tres estuvimos de acuerdo en que este verano teníamos que recrear su traje de baño y lucirlo en los Tiradores. No tengo que decirte, porque ya los sabes, que a las tres nos encantan la gasa y dado que este año se llevó mucho en Eurovisión, tenemos vía libre a nuestro desenfreno.
Quizás lo que falló en el concierto fue el hecho de que casi todo el mundo sobre el escenario eran chicas. No es que me parezca mal, pero me hubiera gustado ver algún que otro cuerpo de chico y tuve que conformarme con mirar a los bigardos de guardaespaldas que llevaba con ella y que la protegían en todo momento. Es verdad que había mucho tío en el concierto, y algunos muy “graciosos”, pero era una pena que en su mayoría fueran gays. La Esther estuvo tratando de ligar con uno pero lo único que consiguió fue una recomendación para cambiar su peinado y una tarjeta de “la pelu que quería” para efectuar dicho cambio. ¡Con el cardado que se había hecho para la ocasión!
El instante en que voló por los aires y ando cual diosa por encima de nuestras cabezas nos hizo llegar al éxtasis total. Aterrizó en la plataforma y preguntó en español a un chico “¿cuál es tu nombre?” y éste parecía tener un orgasmo mientras gritaba “Juan”. Luego ella nos dijo a todos “Decid mi nombre” y se puso a cantar Say my Name mientras gritábamos Beyonce. En ese preciso instante tomé impulso para dar un pequeño salto. La fuerza del impulso lanzó mi pelo hacia arriba y llevó a mi boca el colgante de Beyonce. Al volver al suelo, mi tacón se quebró y fui a parar encima de la Jenny, que a su vez golpeó a la Esther y las tres caímos irremediablemente sobre el suelo del Palacio de Deportes, donde fuimos pisoteadas por la multitud enfebrecida. Y entonces una mano se tendió hacia nosotras. Era Beyonce que desde la plataforma nos ayudaba,como ayudó a los fans que fueron heridos en su concierto de San Luis años atrás. Sin duda, Beyonce es maravillosa pero, querido diario, esto último es más bien inventado. Quien nos ayudó fue el mochilaman, que no se separó de nosotros en todo el concierto porque no hacíamos más que beber litros y litros de cerveza. No te cuento los problemas de incontinencia que tuvimos durante las dos horas que duró el concierto. Otro día lo hago, me ha llamado el Rafa y voy a ver su halo.
Siempre tuya. Andrea.

3 comentarios:

La Petra de Cuenca dijo...

Me encantan estas chicas que fans de Beyonce.A partir de ahora yo quiero ser como ellas.Un concierto como ese se merece ser fan de la diva.

Menuda crónica,mira que la del País era buena pero narrándolo la Andrea se queda en mantillas.

Besos.

Cristina dijo...

Jajaja...me parto, niño!!! Qué bueno, qué bueno... Pero con esa capacidad de registro, con esa versatilidad, con ese don de caracterización y con esa empatía, ¿qué haces tú de doctor?, lo tuyo es el escenario y las artes.
Sencillamente, me ha encantado..,todo.., hasta el halo.
Un besico.

Anónimo dijo...

Jajaja, muy, pero que muy bueno, saludos, nos vemos.

Jesús.