10 de septiembre de 2009

La extraña pareja


Hay historias que nacen enfermas y puede que ésta sea un de ellas. Puede que el enfermo sea quién la escribe pero necesitaba sacarla fuera, arrojarla al blog y así poder olvidarla. Algunos ya me habéis oído tan rocambolesca historia que tiene como germen un pareja real sobre la que he montado todo mi artificio. Nada tiene que ver en realidad esta historia con esas personas a las que ni tan siquiera conozco. Sin embargo, la historia original, que con algunos he comentado, ha cambiado sustancialmente. En fin, he recobrado mi tono oscuro y gris. Siento que no haya espacios en la historia, pero ha nacido así, de corrido, y quería respetar su naturaleza.


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Desconozco cuando se produjo el cambio pero cuando los conocí ya eran así. Me los presentó Andrea, la chica con la que salía por aquel entonces. Andrea era comercial de Mayoral, y se ocupaba de los encargos que Julio y Julia le hacían para su tienda de ropa infantil. Después de años de relación comercial establecieron algún tipo de relación personal y, a menudo, quedaban para cenar juntos. Estas cenas no eran más que momentos con los que evitar la soledad que los tres experimentaban. Más tarde, cuando también participe de ello, me enteré de que la relación había trascendido al plano sexual, y las cenas pasaron a convertirse en una excusa previa a cada uno de nuestros encuentros. No sé que nos llevó a compartir esos ratos de cama, pero el deseo entre los cuatro era cada vez más voraz y no nos importaba no saber casi nada acerca del otro. Eran nuestros cuerpos lo que hablaban y, al menos aparentemente, carecíamos de afecto entre nosotros. Una vez por semana, incluso más, participábamos de aquella especie de intercambio carnal. Los “¿qué tal estás” y otras preguntas de ese tipo se quedaron en las cenas, pues llego un punto en que ni siquiera cenábamos. Llegábamos al piso, nos desnudábamos y nos dejábamos llevar por el placer. Lo cierto es que, al principio esto no me importaba en absoluto. Disfrutaba de aquellos ratos que me hacían no pensar. Con el tiempo Andrea se cansó de aquella situación y nos abandonó. Me dio a elegir entre aquella extraña pareja y yo. Me quedé con ellos. Creo que mantuvimos esta situación durante un año más. Cada vez mi papel era más activo. Julio parecía disfrutar viendo como me follaba a su mujer y yo no tenía ningún reparo en ello. Pero un día lo que era placentero dejo de serlo. Aquel día la secuencia de acontecimientos fue la habitual. Un mensaje a mi móvil me avisó de una nueva cita, llegué a su casa y nada más atravesar la puerta comencé a desnudarme. Julia estaba sentada en el sofá, esperándome. Como venía siendo costumbre ninguno hablábamos pero ese día noté algo raro. La melancolía que siempre había invadido a ambos se encontraba hoy más patente. Sus cuerpos no rezumaban éxtasis como otras veces si no agotamiento, tristeza. A pesar de ello comencé mi tarea pues nunca me abandonaba el deseo que sentía por ellos. Mientras penetraba a Julia puede ver que un par de lágrimas salían de sus ojos y recorrían sus mejillas. Las lágrimas se transformaron en llanto y sus gritos me hicieron parar. Julio me agarró por la espalda y me lanzó al suelo. “Vete”- me dijo. Sorprendido traté de preguntar qué ocurría. “Vete, por favor, ya te llamaremos”-dijo Julio mientras abrazaba a Julia. Preocupado me vestí y salí del piso. Nunca más volvieron a llamarme. Durante semanas los observé en la tienda preguntándome que ocurrió aquel día. Impasibles doblaban la ropa de niño que vendían en su tienda y no hablaban entre ellos. La palidez que ya había advertido en sus cuerpos era ahora más patente. No traté de contactar con ellos pues sabía que ya no era bienvenido. Notaba como nuestro anterior acuerdo se había roto y, puede, que ya supiera de su fragilidad antes de que ocurriera. ¿Qué ocurrió aquél día? ¿Qué hice para salirme de aquel guión implícitamente acordado? Aún me lo pregunto. Años más tarde un conocido me habló de Julio y Julia, le extrañó que aquella pareja resultara tan gris, tan triste incluso con su clientela. Él presuponía que una tienda para niños debía provocar algún tipo de alegría en ellos, como si aquella actividad fuera vocacional. Me dijo que los rumores apuntaban a que la pareja tuvo un hijo y que este murió cuando cumplió los dos años de edad. No sé si aquello era cierto pero esta situación hacia comprensible a mi amigo la actitud que ante la vida mostraban Julio y Julia. Por mi parte nunca supe de la existencia de ese hijo, nunca habíamos hablado sobre la vida personal. Puede que, inconscientemente, comenzara a vincular la muerte de ese hijo con lo que yo viví aquel día, probablemente dentro de lo que pudo ser un aniversario, aunque todo ello no dejan de ser elucubraciones con las que eximirme de toda culpa.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Uffff! Tremendo ... chico, que estamos de fiestas !!! jejejej
Besotes.
MIGUEL.-

Raúl Navarro dijo...

Ya me conoces Miguel ni el rumbalarumbaquerum me cambia el tono al escribir y eso que el chupinazo y demás costumbres darían para mucho. Pásalo bien...ya te contaré qué hago el fin de semana.

Besos.

Cristina dijo...

Cuesta mucho no quedarse con un sabro agrio después del relato, pero me temo que es lo que pretendías, así que de nuevo demuesras tu soberbio don con la palabra.
Respecto al contenido, la verdad es que es my dificil casar el morbo inicial con un desenlace tan desolador. Esperemos que sólo sea una de tus imaginadas historias de vida.
Un besote.

Raúl Navarro dijo...

Lo cierto es que lo que intentaba reflejar era un posible refugio del dolor de la pareja en una conducta sexual convulsa y transmitir una atmósfera afixiante, producida por esa persistente individualidad de cada uno de ellos. El caso, Cristina, es que partía de base sobre la historia que te conté y no sé porque cuando comencé a escribirla salió el plano sexual. Lo apropiado hubiese sido terminarla de otra forma, olvidar la original, porque la mezcla como bien señaladas es difícil de casar. Un besazo.

La Petra de Cuenca dijo...

Cuando ves a esta pareja se observa tanta tristeza que perfectamente podría ser su historia como cualquiera de las otras que habías imaginado.

Es cierto que tiene un final muy triste pero a mi me ha gustado la mezcla que has hecho entre la relación sexual y el dolor que podría existir.Ya que sería un posible punto de escapada y la forma de olvidar todo lo malo que sucede a su alrededor.Al menos el sexo les haría sentirse vivos.

Muchos besos.

Raúl Navarro dijo...

Pues sí Petrilla, esa era mi intención aunque como soy "inexperiente" en ese tipo de relaciones no he podido darle un sentido demasiado coherente. Seguiré trabajando porque se trata de una historia express escrita en 45 minutos.
Oye, qué rica toda esta discusión, me encanta.

Besos

Anónimo dijo...

Seguirás trabajando sobre el tema?? No se, no se ... ten cuidao con toda esa Cuenca oculta de la que me hablaste ... jejejej
Esta semana nos tenemos que ver. Y por cierto, tenemos que hacer una jornada gastronómica granaina ... Tengo jamón y cervezas de esa tierras y tenemos que acabar con ello ...
Besos
MIGUEL.-

Raúl Navarro dijo...

Hola Miguel!! La investigación sigue adelante, espero concretarte en breve. Ya he empezado las clases. ¡Qué pereza! aunque un grupo me ha creado muy buena impresión ¿Has empezado tú? Yo me apunto a la dieta granadina, de vez en cuando habrá que saltarse la otra. Besos.

Jesús. dijo...

¿Por qué no vuelves al tono amable? Estos relatos no son sanos. Un abrazo, nos vemos.

Raúl Navarro dijo...

Jesús, quizás yo no sea sano, por eso dije lo que quizás el autor estaba enfermo, pero vamos que todos tenemos claro-oscuros. Un abrazo. Aún tengo tu ordenador y dado que me devolviste el libro no está bajo arresto.

Anónimo dijo...

Básicamente la historia se encuentra en toda nuestra literatura post-movida, en nuestro cine de siempre, ese sabor a tango a cazalla de la sierra y a paella de domingo. Quiero decir que la historia es muy real El sexo si solo es por ser ¿es sexo animal? ¿los animales tienen sentimientos?. (Otra cosa es hacer sexo como un animal), es divertido, pero sin sentimientos siempre antes que después será doloroso. Tras la frialdad de los encuentros, de la relación, del relato, sin duda hay algo que te motiva, el color y la temperatura del texto no importa lo trascendental es como te sientes (para mi esto siempre es una incógnita) ¿es un reflejo de tu alma?. Sí eres capaz de reírte … tranquilo Jesús.

picaro

Raúl Navarro dijo...

Me veo sorprendido por vuestras reacciones a este texto pero sobre todo por esa recurrente costumbre de vincular todo lo que escribo a lo que acontece en mi vida, al reflejo de mi alma (de la que quizás incluso carezca si es que estas historias nacen de ahí). Afortunadamente puede imaginar, recrear cosas que yo no he vivido. A pesar de ello, es cierto que quizás se vuelquen cosas personales, quizás sea un retorcido, un insano o un depravado pero, a estas alturas, tampoco lo creo. Hay ocasiones en que no debemos leer entre líneas por que no hay nada entre ellas. Pícaro, en todo caso, gracias por tu comentario.

Anónimo dijo...

solo vagabundeaba por el sendero trazado. No pretendía hacer juicios, tan solo preguntas... que no han sido contestadas.

Pí.

Raúl Navarro dijo...

Toda pregunta será respondida, en breve.