2 de septiembre de 2009

Sulamita


En el “Cantar de los Cantares” una mujer sulamita es la amante de Salomón. Una versión primigenia del Romeo y Julieta de Shakespeare en la que ambos son obligados a separarse con la esperanza del recuentro. Salomón busca con desesperación a la sulamita y éste hecho le lleva a describir su amor de forma poética escribiendo así lo que también se conoce como el “Cantar de Salomón”. Al contrario que en el clásico de Romeo y Julieta la historia de Salomón nos lleva a concluir que el amor siempre triunfa. Desde una óptica cristiana estos poemas son una alegoría al consentimiento y bendición que otorga Dios a la relación entre un hombre y una mujer, la proclamación del amor entre personas de distinto sexo. No quiero con ello hacer una crítica o una proclama a favor del amor homosexual, no trata de ello este post, sino de mi cariño a la sulamita o la versión que conozco de ella.
Aunque ahora no caéis en la cuenta, quiénes seguis semanalmente este blog ya habéis oído hablar de Sulamita, de mi Sulamita. Apareció en el post llamado “Korea” sólo que en aquella ocasión no os dije su nombre. Sulamita (Suli como a ella le gusta que le llamen) es la pequeña vecina gitana de mi padres y que últimamente va plagando de anécdotas mis visitas familiares. Imaginad una niña de unos 11 años, de baja estatura, gordita, vestida con ropas ceñidas que marcan su barriguita y dejan entrever su piel morena. Una niña subida en tacones sobre los que desea aumentar su estatura. Una niña con grandes ojeras causadas por sus continuos lloros y un pelo negro azabache, que aparta de su cara con una estudiada brusquedad. Una niña con una voz ronca a la vez que chillona. Ella es Sulamita, la misma que le dijo a su hermana Sol que los reyes eran los padres, la misma que me enseñó que Falete no es uno de los suyos, la que no quiere jugar con mi sobrina porque prefiere juntarse con los adultos para hablar de las bodas gitanas, de la música que escuchan en el culto, la misma que nos anunció que, por primera vez en mucho tiempo, contaban en su congregación con una pastora y no un pastor (no de ovejas como ella quiso aclararme por si no la había entendido). Y aquí me tenéis como Salomón buscando a Suli cada vez que viajo hasta Tarancón, esperando sus conversaciones, a pesar de que, ya tiene aburridas a las mujeres que todas las noches se reúnen con mi madre en la puerta de su casa para charlar y comer un helado. No obstante, siempre que voy me siento en la acera esperando que aparezca y me cuente cosas para hacerle una de mis radiografías. Y esta es Suli.
Su expresión más habitual es: ¡Buah que asco!. A Suli le da asco todo lo relativo a la comida, desde el pescado, al pollo y también la fruta. Sólo disfruta con las patatas fritas, los helados y las golosinas. Suli me cuenta que todas las noches mueve su cama para acercarla a la de su hermana y defenderla de los terrores nocturnos, aunque en realidad es ella quién tiene miedo a la oscuridad. Me dice que no sabe leer porque cuando su madre iba a tener a Sol tuvo que permanecer en reposo por una amenaza de aborto (otras veces quién tuvo la amenaza de aborto es su tía) y la sacó de la escuela, un sitio que nunca le ha gustado. Yo le digo que ya huele a escuela y que pronto tendrá que regresar, pero ella no quiere. Me cuenta que una gata ha parido en su jardín y ahora no saben que hacer con los gatitos y se culpa de ese hecho por haber lanzado una pera a la gata que, según ella, se quedó para degustar la fruta. Le intento convencer de que a los gatos no les gusta la fruta pero ella me dice que a esta gata sí. Suli no quiere hablar de sus novios, pero dice haberlos tenido. De hecho Suli me dice que ya ha hecho el amor y me entristezco ante tal posibilidad. Suli, eres muy joven, trato de decirle. Los gitanos nos hacemos mayores antes que los payos, me dice ella. No la creo y confío en que la inocencia de su mirada aún sigue incorrupta. Y entonces se va a cenar. Su madre la llama desde el balcón. Ella pregunta qué hay de cenar. Pechuga de pollo, le grita su madre. Buah, que asco, le dice ella. Como no tenerle cariño.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay Raúl!! Me encanta el relato que tú ves desde la perspectiva romántica. Yo tb conozco a Sulamita y, claro ... oriento todo de otra manera.
Por cierto ... "Dicen que T. no se encuentra en los mapas, rumbalarumbalarum ...... pero bebiendo vino copón como destaca ..."
No te entra el ambiente fiestero??? jejejejej
Besos
MIGUEL.-

La Petra de Cuenca dijo...

No me extraña que le tengas cariño.Tiene que ser auténtica.
Me recuerda mucho a uno de los niños que tenía en Huete y para mi ese niño fue genial.

Muy buena la historia,esperemos que Suli siga contandote muchas más anécdotas.

Besos.

Cristina dijo...

Cualquier Suli cobra un brillo especial desde la pluma y los ojos de alguien especial y, cómo no podía ser de otra manera, aquí queda patente.
Uno de estos días me siento en esa acera contigo a esperar que pasen sulis y soles. Me apunto a esas charlas con cariño, mucho cariño.
Besos y abrazos.

Raúl Navarro dijo...

Bueno, algún día tenéis que dejarme que haga un radiografía de vosotros, vas a quedar bien reguapo y reguapas.

Miguel, contigo me voy de fiesta hasta Tarancón si hace falta, aunque mejor nos quedamos por esta vieja ciudad que siempre nos es más cómoda, ya sabes que el pueblo me da un poco de alergía para algunas cosas. Y eso que paso allí mucho tiempo!!.

Petrilla, ahora a encontrar a tu Suli, o mejor Sulo con un buen...asi me lo cuentas y ya te escribo algo. Besotes.

Cristina, que risas y que conversaciones más buenas que mantenemos. Me encantan esos momentos. Me apegan pocas cosas a la universidad, ya lo sabes, pero tu eres una gran motivación. Un besazo.

Anónimo dijo...

Estoy contigo en lo de mejor en nuestra ciudad de adopción ... ya sabes que a mí tampoco me motiva el lugar donde trabajo ...
A partir del 14 nos despendolamos (más).
Besos,
MIGUEL.-

Jesús. dijo...

Tiene que ser una caña la niña... ¿Vas a estar en la ciudad o en el pueblo esta semana? sea donde sea, te llamo y nos tomamos algo ¿ok? Cuidate, un abrazo, nos vemos.

Raúl Navarro dijo...

Claro que sí Jesús, pegame un toque y quedamos cuando quieras, a ver si te grabo la fotos en un cd y te las paso.

Un abrazo