La luz crepuscular se cuela por la ventana de la habitación de la señora Bates. El sonido del agua llenando la bañera se oye en su habitación.
- Madre, es la hora del baño- dice Norman entrando en la habitación.
- Ya está otra vez con la excusa de que está muy mayor y no puedes ir andando al baño- murmura Norman.
Coge a su madre en su regazo y se dirige al baño.
- Madre, cada día está usted más ligera, ya le he dicho que tienes que comer más.
La señora Bates no replica.
- Madre, es usted muy vaga. Siempre tengo que desvestirla yo.
El huesudo cuerpo de la señora Bates es sumergido en el agua caliente.
- Espero que el agua no esté demasiado caliente, madre. Me llevo su pelo para peinarlo mientras usted se baña.
Norman coge la peluca de su madre y sale del baño. El cráneo de la señora Bates mira impávido el vaho que sale de la bañera.
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