1 de mayo de 2014

Días de cine: Carmina y Amén


El pasado miércoles Paco León volvió a dar muestras de que las reglas de la distribución del cine pueden ser alteradas con el objetivo de lograr mayor publicidad para la películas y, esperemos, una mejor recaudación. 125 salas estrenaron de forma gratuita un día antes de la fecha oficial su película Carmina y Amén (secuela de Carmina o Revienta). Entre las salas seleccionadas se encontraba la ciudad de Cuenca y allí que nos fuimos los amigos, de luto riguroso. Lo cierto es que poco había visto de esta secuela con la excepción de la secuencia en que una ninfa (pájaro) vuelva hacia Carmina y ésta la llama "Barcenas". Mis expectativas eran pocas. La primera no me gustó mucho, como decía un amigo "me cayó tan mal el personaje" que no empaticé con ninguna de la cosas que les sucedían. Mi crítica sobre aquella película no fue muy buena hasta el punto de que tuve que retirarla de Amazon.es (donde compré el dvd el día del estreno) ante el aluvión de puntos negativos que empezó a tener mi cuenta. 

Sin embargo, debo decir que Paco León ha mejorado la historia y la secuela supera con creces su predecesora. A pesar del tono dramático general, Carmina y Amén envuelve momentos de tremenda comedia donde la carcajada es inevitable. En estos días donde todos estamos faltos de humor, la historia de Carmina consigue saltarte las lágrimas incluso en situaciones todavía tabúes en nuestra sociedad, como las que rodean la enfermedad y la muerte. Plagada de grandes frases: "yo nunca miento porque lo que digo se convierte en verdad" o "últimamente se muere gente que no se había muerto nunca", Carmina o Revienta trasciende el retrato de la "picaresca" española al retrato de una familia que se auto protege en momentos de adversidad. Y Carmina termina por caer bien, porque aunque algunos la tacharán de zafia, maleducada y guarra, es uno de los personajes más humanos de los que nos han ofrecido últimamente en la pantalla grande. Espero que tenga una gran taquilla, mi sueño sería que superara a "Ocho apellidos vascos", aunque ésta última es más correcta, más neutra y, por tanto, llega mejor a toda clase de público. Si Carmina y Amén hace una buena taquilla demostrará que el cine español no está muerto y que solo hay que hacer películas que la gente quiera ver. Vamos, al cine todos.


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