11 de enero de 2010

Pensar por pensar 1.0


Hace unos días tuve noticia, por primera vez, de la crisis 2.0 relacionada con el cierre de algunas páginas como Soitu, Lanetro o adn.es, pero también con una crisis de contenidos en todos los medios de comunicación, desde la televisión a Internet. Rápidamente he ojeado algunos otros blogs que hablan sobre esta supuesta crisis, pero en su mayoría hablan de como la crisis económica está afectando a determinados sectores, en concreto a determinadas páginas web. Sin embargo, la crisis de la que tuve noticia a través de un amigo se refería a la reconversión que el conocimiento (hablo de forma global y genérica) está sufriendo en los propios medios de comunicación.
Los telediarios incluyen imágenes y también noticias narradas por televidentes alejados de la profesión periodística. Internet contiene millones de páginas, como ésta, construidas por usuarios que van dejando su huella gracias a nuestro derecho a la libertad de expresión. Pero Internet no es, al menos siempre, un paraíso para esa libertad de expresión, sino un coladero en el que todo vale. Si bien esta posibilidad global de participación en la red ha posibilitado una mayor pluralidad en la construcción de contenidos, donde muchas veces primaba un único punto de vista o una determinada tendencia política, religiosa o ideológica, lo cierto es que la información ha visto mermada su calidad.
Al viejo “lo han dicho en la tele” se ha unido el ya celebre “lo he leído en la Wikipedia” levantando sonrisas entre aquellos que escuchan como algunos utilizan ambos medios como fuentes fiables. Consecuentemente a todo ello depende de nosotros la selección de la información pues el asegurar contenidos Premium, aquellos elaborados por profesionales, tampoco nos evita la desinformación. ¿Estamos preparados? No lo sé y tampoco sé si es relevante planteárselo. Personalmente me plantearía un viejo problema ligado a los medios de comunicación, pero que quizás se esté viendo acrecentado por esta supuesta crisis: los modelos televisivos que luego encuentran en Internet un lugar para su supervivencia y su visionado constante.
Desconozco la influencia real de los modelos televisivos en el aprendizaje de conductas aunque los postulados del Teoría del Aprendizaje Social nos habla de la posibilidad de que se reproduzca lo observado. Pero sin considerar esa posibilidad de influencia, me preocupa la falta de respeto y educación en programas como Gran Hermano o la imagen que de algunos sectores lanzan programas de cámara en mano, o la poca imaginación de la ficción española que tiene mucho que aprender de otros países.
El caso es que probablemente nada de esto importe. No quiero ser moralista, sino polemista cuando hablo de un tema que, para ser sinceros, desconozco pero del que no me importaría saber más. ¿Alguien me ayuda? Mientras espero me haré con el primer libro, sobre otro fenómeno de masas que me tiene enganchado y me interesa conocer (Faceboom de Juan Faerman) sobre la red social facebook.

9 comentarios:

Jesús. dijo...

Pues chico, yo supongo que será como todo, no hay que conformarse con una sola opinión, visionado o lectura, hay gente que busca más fuentes informativas que otras, antes era leyendo varios periódicos o revistas o libros, luego se sumaron la radio y la tv y ahora internet, quién quiere la verdad, o la verdad que le interese, la encuentra. Un abrazo, nos vemos.

P.D.: ¿Estas el viernes por la capital de la provincia? por quedar a tomar unas cañas, que estoy de tardes y otro día no puedo.

Raúl Navarro dijo...

My friend you are right but... piensa en mi madre y en su mando a distancia, tu crees que la buscará? No sé, no sé, díficil solución aunque no se trata de buscarlar aquí. Estaré y no estaré en la capi, voy a Madrid al aeropuerto y vuelvo con muchas ganas e ilusión. Ya te digo algo.
Besos.

Anónimo dijo...

Si te soy sincera no tengo ni idea sobre el tema.Últimamente si que he observado que casi todos los telediarios cierran con imagenes que han enviado los espectadores.No se si se debe a una moda o simplemente es una excusa de la crisis y con ese argumento todo vale.

Muchos besos.

La Petra de Cuenca.

Anónimo dijo...

Eso a lo que te refieres es lo que ya se conoce bajo la denomización "periodismo ciudadano".

El desarrollo de las nuevas tecnologías como internet, unido al uso casi generalizado de dispositivos -asequibles para la gran mayoría de la población- que permiten la captación fácil de sonidos e imágenes y su envío rápido (móviles, cámaras digitales), ha llevado a que muchos espacios informativos se nutran de lo que suministran ciudadanos anónimos.

El problema no es tanto, creo, que personas ajenas a la profesión puedan tener acceso directo a los medios de comunicación, sino que se priorice lo que IMPACTA sobre lo que IMPORTA.

Podría decir mucho más pero no quiero ser pesado ni teorizar por teorizar 1.0 :)

Raúl Navarro dijo...

Petrilla, creo que el último anónimo te contesta mejor de lo que yo lo haría. Besos.

Anónimo, gracias por tu aportación. El problema es que nuestros telediarios se están convirtiendo en el relato de la crónica social y de sucesos. El otro día veía en la sexta noticias como una chica estadounidense lanzaba objetos contra los empleados de un McDonalds porque no le había gustado su hamburguesa. Realmente esto interesa? La verdad es que a mí no, pero aún así me lo trague.
Un besote.

Anónimo dijo...

No quiero, yo tampoco moralizar, pero ante tanto optimismo antropomórfico se impone una reflexión moral. Porque precisamente lo moral es lo que me separa del animal. El seísmo de Tahití no deja espacio a muchas alegrías y obliga a un giro a la realidad en lo que primero que se aprecia es la fragilidad del ser humano y de su “oicos “ que no solo nos amenaza sino que nos destruye. Parece, por lo cual, que tienen razón las escuelas griegas cuando afirman que lo importante es la virtud para la existencia humana, su búsqueda y ejercicio, porque el resto, ante tanto sufrimiento, se aprecia como una inmoralidad por vano. A fin de cuentas me veo obligado a hacer mío el axioma de Seneca: “Nada humano me es ajeno”

Raúl Navarro dijo...

Anonimo 2 gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo con tu presupuesto de partida y también con el axioma de Séneca, pero estarás de acuerdo conmigo en que no todas las realidades son comparables por mucho que de todas podamos extraer algun razonamiento moral. La situación en Haíti, ese país que parece haber comenzado desde hace tiempo su camino hacia la desaparición literal es una tragedia de la que se necesita informar dado que se necesita concienciar y acercar al telespectador que, estupefacto, probablemente no haga otra cosa que valorar lo positivo de su situación o lanzar el típico "carpe diem" por si nos sobreviene una tragedia. Sin embargo, me resulta complicado comparar esa información con el visionado (por ejemplo, estas navidades) de videos de tíos vestidos de Papa Noel haciendo el chorra ante la cámara y que se han podido ver en algunos informativos. Sinceramente, esos videos están muy bien, pero deben pertenecer a otro ámbito e incluso ser recluidos a ellos (quien disfrute con eso que lo busque en internet, pero que no den prioridad a esas noticias que no son noticias) porque al final ocurre lo que señala anónimo 2, que se da prioridad a lo que IMPACTA con relación a lo que IMPORTA, y en el caso de Haití, por desgracia, confluyen ambas caracterísiticas.

Saludos.

El caminante dijo...

Lo qu uno quiere finalmente es ser leído..Es una verdad que permanece aunque lo neguemos. Sin embargo, yo creo que debemos escribir sobre lo que sentimos que demos hacer, por más insignificante que sea...Finalmente creo estaremos satisfechos de nosotros mismos.
Saludos.

Raúl Navarro dijo...

Desde luego caminante. Además también se hace camino al escribir, aunque sea pequeñito.
Besos.