Cada generación necesita de un
imaginario colectivo sobre el amor, las relaciones sentimentales y el sexo. El
cine ayuda a construir este imaginario sobre todo para determinados colectivos
como el homosexual. Imaginadlo. Si naces en el seno de una familia heterosexual
y tú lo eres, la identificación es más sencilla. No quita para que, de
cualquier forma, aprendas cosas buenas o malas sin importancia del sexo de
quienes forman la pareja. No obstante, el cine pude ayudar a muchos jóvenes
(sobre todo en las provincias) a identificarse gente que siente lo mismo. Por
ese motivo, la película de hoy es de temática homosexual. Si haber realizado un
análisis de contenido de muchas de ellas, los temas, las ideas, los personajes
se repiten aunque se actualizan los contextos en los que sucede la acción, pero
entiendo que es necesario actualizar la imagen de viejos temas para llegar a
esas nuevas generaciones.
La alemana Freier Fall (Free fall, Caída libre, 2013) nos acerca a la vida de
dos policías de la unidad de control de disturbios de una ciudad alemana. Uno
de ellos acaba de mudarse con su novia y espera un hijo de ésta cuando comienza
a sentirse atraído por un compañero de la académica con el que al principio se
peleaba. La confusión y reticencia inicial por la atracción hacia otro hombre
se torna en una relación cada vez más intensa que, como era de esperar, le
comienza a ocasionar múltiples problemas tanto en su hogar con en la unidad
policial.
Hasta aquí nada nuevo en el
horizonte, Freier Fall presenta
similitudes otras propuestas que tuvieron éxito entre el gran público como Brokeback Mountain. Es cierto que el
contexto es distinto, los elementos que añaden morbo a la historia también lo
son (como ubicar la acción en una unidad policial y jugar con los prejuicios
allí presentes). Y también como en la película de Ang Lee, hay que destacar de Freier Fall su final realista, sin
concesiones, que lo aleja de otras propuestas de happy ending donde todo
termina dentro de un plano idealista pero poco real. No puedo desvelar mucho
más para no destriparos la película. En ese sentido, la propuesta me pareció
muy interesante, gratificante y clarificadora y poco complaciente.
No obstante faltan cosas que yo
echo de menos en este tipo de cine. Por ejemplo, un tratamiento más realista
del sexo entre dos hombres. Entiendo lo excitante de plantear un polvo rápido
en el bosque mientras que una lluvia torrencial intensifica el vapor que dos
cuerpos desprenden a la luz del atardecer, pero no es del todo funcional ni
fuera ni dentro de la ficción en las circunstancias en las que se nos presenta.
No sé si me explico, pero la lluvia no es el principal problema.
Tampoco es mi deseo que este tipo
de propuestas ofrezca escenas pornográficas. No, no a lugar. Sin embargo,
existen ya otras películas como “La vida de Adele” que ofrece una imagen más
realista, sin tapujos, del sexo entre dos chicas. Quizás haya alguna película
con relaciones homosexuales que haga algo parecido, pero todavía no la he
encontrado. No podemos olvidar que este tipo de películas, aunque no lo
pretenda, también tienen un componente pedagógico importante.
Ocurre lo mismo con el porno,
para bien o para mal, educa. Y educa cuando presenta las cosas buenas de una
relación sexual y también cuando olvida las que no son tan buenas. Y no solo
educan estas películas en el terreno sexual, también mostrando otras pautas de
comportamiento dentro de la relación, centrándose por ejemplo en los primeros
meses de una relación (cuando todo marcha bien) pero olvidándose de otras
etapas donde necesariamente no debe ir mal pero en las que la relación se debe
ir construyendo en base a otros elementos como la confianza, el respecto, la
complicidad, el diálogo, la resolución de conflictos, etc. Que conste que
entiendo que esto es menos cinematográfico. Lo mismo ocurre con propuestas de
temática heterosexual. Podéis analizar el gran éxito de la temporada, Ocho
apellidos vascos, y analizar las mismas cuestiones, desde cómo se muestran las
relaciones sexuales hasta el comienzo de la relación de pareja. Lo más
interesante para mí sería conocer qué pasa después de que se bajen del carro de
caballos, aunque mejor nos quedamos con lo bonito, ¿o no?
Hay muchas nuevas propuestas que
están llegando al cine durante los últimos años como Weekend, El extraño del
lago, Hawaii, Sleepless Knights, Alata, o Keeps the lights on, lo que indica no
un tirón comercial hacia este tipo de cine (claramente minoritario) sino la
necesidad de seguir visibilizando este tipo de historias.