30 de enero de 2014

The bling ring o la sociedad del espectáculo


Señala Adela Cortina (2009) que el mundo de los valores es un mundo complejo y escurridizo donde todo parece resolverse dentro del puro subjetivismo del "a mí me gusta o no me gusta".  Pero como después concluye la cuestión de los valores no es sólo una cuestión de intuición personal, sino de una predisposición para poder degustar determinados valores. Luego los valores se educan, se adquieren ya que, por pequeña que sea, todos nosotros tenemos una dimensión moral y los valores, pertenecientes a esa dimensión, son los que permiten hacer habitable nuestro mundo. Por este motivo, sabemos que un mundo justo, solidario y equitativo, aunque no lleguemos a alcanzarlo, es mejor que uno injusto, desigual y donde sólo importa el bienestar de algunos. No nos inventamos los valores, son reales y nos permiten estimar, valorar, las cosas. El problema es que no todos los valores permiten este objetivo y tampoco todos permiten mejorar las condiciones para hacer nuestro mundo habitable. 

Ayer vi la última película de Sofia Coppola: "The bling ring". En ella, un grupo de adolescentes de Los Ángeles se dedican a robar en las mansiones de las estrellas. ¿Para repartir entre los pobres?, podríais preguntaros. No, aunque de ser el caso tampoco podríamos argumentar que robar está bien. Lo que querían estos jóvenes era vivir como aquellos que eran sus referentes: Paris Hilton, Lindsay Lohan o Megan Fox. A través del robo, sus protagonistas llenan sus vidas de ropa, bolsos, relojes, dinero y drogas. Supongo que, a su modo, hacían su vida más habitable para ellos y desde luego cultivaban determinados valores relacionados con el hedonismo, el individualismo, o el deseo de aventuras: el carpe diem llevado al extremo (que por cierto no son malos, todo depende de lo que hagamos con ellos). En la película se apuntan muchas causas para su conducta: padres divorciados, estilos de socialización negligente, el deseo de formar parte de algo, la popularidad. Pero a medida que veía la película no dejaba de preguntarme si de verdad habían tenido la posibilidad de cultivar las predisposiciones necesarias para apreciar otro tipo de valores que necesariamente no tienen que pasar por el conformismo o la tradición sino por una búsqueda de la felicidad sin necesidad de participar de un materialismo desenfrenado, o por su presencia en la sociedad del espectáculo. Sin duda, se puede ser humilde y disfrutar de la vida, el problema es que estos jóvenes no sabían como hacerlo. 

1 comentario:

Unknown dijo...

No sé si estos jóvenes lo harían por socialización,por rebeldía o simplemente por el principal pilar de su vida la moda.
Lo que si que es cierto que dicho panorama produce miedo. Ya que en su mundo todo vale e incluso sus valores dejan mucho que desear.Pues al final se les va de las manos....