Nota para antes de leer este post: pon en tu reproductor de música la canción “Hello World” de Lady Antebellum.
Hace algunas semanas que pedía a un amigo que no cerrará su blog. En él nos narraba las aventuras, también la supervivencia, de una gay de provincias en una comunidad como la nuestra: Castilla-La Mancha. Sus posts eran divertidos, irreverentes y didácticos. Es cierto que, en ocasiones, sus experiencias se limitaban a contar sus vigilias nocturnas, parte del día en la que él se mueve cual vampiro ávido de sed. A pesar de ello, el blog era un lugar para la reflexión sobre la vida de las comunidades de interior y, en especial, sobre las relaciones homosexuales en un contexto que, por sus propias características, las complica hasta extremos insospechados. Sin embargo, el blog cerró y su creador se ha mantenido fiel a ese último post en el que expresaba su cierre.
No sé si es producto de un efecto contagio o que la idea ya rondaba mi cabeza desde hace bastantes meses, pero Radiografías desde la Ventana también cierra. Los pocos lectores del blog ya habréis advertido que mis entradas eran cada vez más irregulares. Los pequeños textos que durante estos dos años os he hecho llegar se quedarán ahora en los cuadernos donde son escritos antes de pasar a esta ventana cibernética. Sin embargo, no me gusta decir adiós, sino un hasta luego. Seguiré escribiendo pero ahora en privado tratando recuperar el placer que suponía al principio, antes de que comenzara a vivirlo como una obligación. Ya se sabe que lo que en Internet no se actualiza va muriendo poco a poco y es lo que le ha pasado a este blog, antes llamado “La oportunidad pérdida”. Supongo que me hago mayor y, no sé si por ello, cada vez me gusta menos la cortina de humo que supone todo esto de las ya viejas tecnologías. El caso es que hay otros proyectos en ciernes que, con toda probabilidad me hagan regresar, pero no aquí a este blog, sino a otros medios con los que jugar porque es difícil para mí tomarme en serio esto de las redes sociales y demás.
Cierro “Radiografías” con la frase que el autor del blog al que antes me refería cerraba cada entrada en su blog: “Y sin otro particular me despido hasta la próxima”